
El objetivo del día era visitar las famosas cuevas de hielo de Eisriesenwelt y terminar el día en Hallstatt donde haríamos noche. Pero antes de llegar haremos alguna parada interesante en el camino.
Como llegar a Eisriesenwelt
Nos despedíamos de la zona oeste del Tirol con la sensación de haber disfrutado de unos días increíbles. De nuevo en la carretera nos empezábamos a acercar a Viena, que sería nuestra última etapa del viaje, pero antes…
Bordeamos Innsbruck pasando por la A12, antes de llegar al museo Swarovski Kristallwelten, en Wattens. El museo se inauguró en 1995 conmemorando el centenario de la empresa Swarovski y hoy en día es uno de los museos más visitados de Austria. En la entrada te recibe el famoso gigante en el jardín echando agua por la boca. Dentro del museo se pueden ver las increíbles esculturas de cristal que los artistas han realizado. La entrada para adultos es de 19€, pero si quieres ahorrarte la entrada y aun así ver algunas maravillas puedes darte una vuelta por la tienda del museo.
Continuamos nuestro camino hasta uno de los pueblos más bonitos de Austria, Alpbach. El pueblo se encuentra a unos 35 km de Wattens. Es uno de esos típicos pueblos que salen en las postales de las revistas de viajes. Rodeado de montañas con un verde intenso y las típicas casas tirolesas de madera en torno a la puntiaguda iglesia, Alpbach es un sitio que parece sacado de un cuento. Paseamos por sus calles maravillándonos con las enormes casas y sorprendiéndonos de la cantidad de geranios que adornan los balcones de las casas.
Una lástima no poder pasar más tiempo, pero teníamos que continuar nuestro viaje para llegar a la cueva de hielo de Eisriesenwelt antes de que cerrasen.
Para ir desde Alpbach hasta Werfen decidimos salir de la autopista y disfrutar de las carreteras alpinas por la carretera 164 hasta llegar a la 301.
Cueva Eisriesenwelt
Eisriesenwelt se encuentra en lo alto de una montaña desde donde las vistas son increíbles. Impresionantes riscos, la fortaleza Hohenwerfen y Werfen en el valle. Para entrar en la cueva tuvimos que hacer un poco de cola y aunque mientras esperábamos empezó a llover, la espera no se hace muy pesada gracias a las vistas panorámicas de la zona.
Declarada como monumento nacional es la cueva de hielo más grande del mundo. Se introduce en el interior de la montaña a lo largo de 42 km de los cuales solo uno está abierto al público.

En las taquillas nos hacemos la gran pregunta, ¿Para subir hasta la cueva cogemos el teleférico o no? El precio de la cueva, sin el teleférico es de 14€ para los adultos, con teleférico de 28€ pero no ahorramos una caminata de una hora para llegar hasta arriba. Sin dudarlo mucho sacamos las entradas del teleférico. También tienes opción de subir en teleférico sin entrar en la cueva para ver las vistas desde arriba por 16€.
El teleférico no nos deja en la puerta de la cueva, todavía queda un pequeño ascenso, pero se disfruta mucho con la panorámica que se tiene.

Ya en la puerta de la cueva nos llama la atención el tamaño de la entrada, 20 m de ancho y 18 m de alto. A lo largo del recorrido de una hora y media se puede disfrutar de numerosas esculturas naturales de hielo, que recuerdan a animales salvajes.
Un consejo, llevar ropa de abrigo porque en el interior de la cueva hace fresquito. Si necesitáis mas información no dejéis de visitar la pagina oficial del a cueva.


Después de disfrutar de las profundidades de la montaña nos dirigimos hacia Hallstatt. Sin duda el pueblo más bonito y más famoso de Austria. Pasaríamos la noche en la zona, encontrar un hotel en Hallstatt fue complicado, pero hay multitud de sitios en torno al lago.
Cuando llegamos ya era tarde, así que no tuvimos mucho tiempo de ver casi nada, dar un paseo por el lago y buscar un sitio para cenar. Tendríamos que esperar hasta el día siguiente para visitar el pueblo.