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Melk

Abadía Melk

Amanecíamos en el valle del Wachau, en Melk una de las ciudades más bonitas de Austria. Con la famosa Abadía vigilando la ciudad desde lo más alto de la colina y con el Danubio bordeando la ciudad. El plan del día era visitar el pueblo y la Abadía y llegar a primera hora de la tarde a Viena.

Abadía de Melk

Melk es una ciudad tranquila y pintoresca mundialmente conocida por el libro y película El Nombre de la Rosa. Antes de visitar la Abadía de Melk damos un pequeño paseo por la ciudad que el día anterior solo habíamos podido ver por la noche. Bajamos por la calle principal hasta llegar a la plaza del ayuntamiento lo que nos ofrece unas bonitas vistas de la Abadía.

Abadía Melk
Abadía de Melk

No nos retrasamos mucho más y nos dirigimos a la Abadía de Melk. Dejamos el coche en el parking y cruzamos los jardines de la Abadía. Merece la pena dedicarle un poco de tiempo a los jardines decorados con pinturas y esculturas.

Abadia Melk jardín
Jardines de la Abadía de Melk

El precio de la entrada sin guía es de 12.50€, con guía 14.50€ por adulto. Tras comprar las entradas llegamos al patio central de la Abadía, decorado con una bonita fuente en el centro. Llama la atención los colores de la fachada, blanco y amarillo.

Abadia Melk patio
Día 7: Melk

Una de las visitas más destacadas dentro de la Abadía es la biblioteca. Impresiona su tamaño, alberga unos 100.000 libros, la decoración barroca y los frescos del techo hacen de la estancia algo maravilloso. Una pena que dentro de la biblioteca las fotografías no están permitidas.

Otra de las estancias que destacan en la visita es la Sala de Mármol. suelos y paredes de mármol de las canteras próximas a Salzburgo. Contigua a la sala nos encontramos la escalera de caracol que nos da acceso la colegiata.

Cuando llegamos a la Colegiata nos quedamos impresionados, fachadas decoradas con pan de oro, estuco y mármol. La cúpula tiene de 64m decorada con frescos sobre el altar mayor.

Melk Colegiata
Interior de la Colegiata

Llegada a Viena

¡¡Por fin llegamos a la capital!! Nuestro hotel está muy cerca del centro histórico al otro lado del canal a 15 minutos de la catedral. Después de hacer el checking y de devolver el coche tenemos toda la tarde para dar los primeros pasos por Viena

La Catedral de San Esteban, Stephansdom

Nos perdemos por el centro historio de Viena, recorriendo sus calles hasta llegar a la Catedral de San Esteban, en el centro de la ciudad. La catedral ocupa prácticamente toda la plaza donde se encuentra. Construida sobre las antiguas ruinas de la iglesia de San Esteban, se conservan las enormes puertas y la Torre de los Paganos de la iglesia original.

Sobre la fachada de estilo gótico, destaca el Tejado de los Azulejos, que cuenta con más de 250.000 azulejos. La parte más alta de la Catedral de San Esteban es la torre n forma de aguja a la que se puede subir para tener unas vistas de la ciudad desde 137m altura.

Catedral de San Esteban
Catedral de San Esteban

El interior de la catedral alberga diferentes estilos arquitectónicos. Destacan varios puntos de interés para ver, el Pulpito de Pilgram, la imagen de Cristo crucificado, las Catacumbas y la Campana de Pummerin.

Cuando salimos de a Catedral de San Esteban era media tarde y el momento ideal para disfrutar de una buena merienda austriaca. No muy lejos de la catedral se encuentra el Café Central de Viena, es el café más antiguo de la ciudad y un lugar ideal para saborear la famosa tarta Sacher. El postre, para aquellos que no lo conozcan, es una tarta formada por dos bizcochos de chocolate con una capa de mermelada de albaricoque entre medias y recubierto de chocolate. En Viena es tradición acompañarlo de una bola de nata montada.

Tarta Sacher
Tarta Sacher

No es algo especialmente barato, unos 7€ si se acompaña de un café. Pero donde mejor sitio que Viena para disfrutarlo. Nosotros optamos por el Café Central, pero en cualquier sitio se puede disfrutar del postre, aunque los más típicos son: el ya nombrado Café Central, el Café Sacher, Café Mozart y la Pastelería Demel.

Cansados del día volvemos a la zona del canal, cerca de nuestro hotel. Nos sorprende la vida que tiene el canal, montones de terrazas con arena de playa, música callejera, grupos de baile. Un sitio ideal para disfrutar de unas cervezas y cerrar el día.