DIA 10: Península Snaefellsnes – Búdakirkja – Raudfeldsgjá Gorge – Gatklettur – Lóndrangar – cráter Holaholar – cráter Saxhóll – Kirkjufell – Kirkjufellsfoss – Akranes
Hoy tocaba adentrarse en la península de Snaefellsnes, un lugar con muchos puntos que visitar. Además de todo lo que teníamos marcado en el mapa, Snaefellsnes nos sorprendía a cada kilómetro obligándonos a parar para descubrir rincones ocultos.
Para recorrer la península de Snaefellsnes existe la carretera 54, asfaltada y en muy buenas condiciones, pero no llega hasta el final. Por lo que tuvimos que girar para tomar la carretera 574 si queríamos llegar hasta el Parque Nacional de Snaefellsjokull, una carretera asfaltada y en perfectas condiciones.
Unos metros antes de llegar al desvío para tomar la carretera 574 encontramos Bjarnarfoss. Se trata de una impresionante cascada que vimos desde la misma carretera. Si te quieres acercar a la base tendrás que subir una empinada ladera.
Otra parada a pocos kilómetros de tomar la carretera 574 es Búdakirkja, una Iglesia negra con más de 300 años de historia. El contraste del negro de sus paredes con el verde del paisaje la han convertido en uno de los símbolos de la península de Snaefellsnes.
Seguimos nuestro camino hasta encontrarnos con el cañón Rauðfeldsgjá. Es uno de esos lugares que uno no lleva marcado en el mapa, pero cuando lo ves al pasar con el coche no tienes otra opción que no sea parar. Nos salimos de la carretera 574 por el desvío marcado.
Desde allí, dimos un pequeño paseo de unos 2 km para llegar a la entrada de la gruta. Rauðfeldsgjá Gorge, es una fisura en la que te adentras sorteando rocas hasta llegar a una cueva para ver nacer un río del interior de la montaña. Las vistas desde la entrada de la gruta son espectaculares.
Después de este descubrimiento, continuamos recorriendo la península de Snaefellsnes disfrutando de las impresionantes vistas de Snaefellsjokull, hasta llegar a Arnarstapi. Puedes adentrarte hasta el final del pueblo para ver la estatua en honor a Bárðar protagonista de una de las sagas. Si has llegado hasta aquí no puedes irte sin ver el arco Gatklettur.
La siguiente parada es Lóndrangar. Dos columnas de basalto que se levantan desde la playa dibujando la silueta de un castillo de lava, sin duda, uno de los emblemas de Snaefellsnes. Las formaciones tienen unos 75 metros y 61 metros de alto, ¡aquí todo es a lo grande!
A poca distancia, podrás encontrar una atracción para toda la familia: la visita a la cueva de lava de Vatnshellir. Con nada menos que unos 8000 años y 200 metros de profundidad, la convierten en una de las mejores actividades guiadas de la zona (24€ por persona). ¿Listos para bajar al inframundo? Nosotros nos saltamos esta experiencia, no se puede hacer todo…
Continuamos el viaje hasta encontrar el cráter Holaholar. No nos detuvimos mucho porque nuestro objetivo era el siguiente volcán, el cráter Saxhóll, una de las paradas obligatorias si recorres la península Snaefellsnes. Las imágenes aéreas son increíbles y cuando lo tienes delante no defrauda. Tienes que mentalizarte para subir los 396 peldaños de la escalera, a todos se nos viene a la cabeza Led Zeppelin cuando miras la escalera desde abajo.
Las vistas desde arriba merecen la pena: el Océano Atlántico y los campos de lava que se formaron en la última explosión del volcán hace 4000 años. La sensación de saber que estás en la boca de un volcán dormido es increíble.
A continuación, cogimos el coche hasta llegar al pueblo de Ólafsvík donde dimos una vuelta por el puerto y aprovechamos para comer algo. Destaca su iglesia Ólafsvíkurkirkja.
La última parada de la ruta por la península de Snaefellsnes es Kirkjufell. Seguramente la montaña más fotografiada de Islandia, protagonista en algunas escenas de Juego de Tronos. Por cierto, el punto para una foto ideal lo encontrarás unos 1500 metros más adelante.
En las inmediaciones descubrimos la cascada Kirkjufellsfoss de muy fácil acceso desde el parking y el lugar ideal para tomar una foto de estas dos maravillas.
Como ya era el último día con el coche aprovechamos y le dimos un buen lavado. Estábamos avisados de que si no lavábamos el coche antes de devolverlo, nos cobrarían un suplemento.
Esta noche dormimos en el Akranes HI Hostel, una de las ciudades importantes de Islandia. En nuestra opinión, sin mucho que destacar salvo las increíbles vistas del fiordo desde el puerto, el más antiguo de la isla, y su bonito faro. Aquí se encuentra la playa Langisandur de Akranes, una de las favoritas de los islandeses.